La venta de la división de móviles Nokia y la licencia de sus patentes a Microsoft por 5.440 millones de euros representa una de las mayores operaciones que se recuerdan en el mercado de la telefonía móvil.
Aunque el cierre de la operación no se producirá hasta principios de 2014, ésta podría representar un nuevo lanzamiento de la marca que en su día fue líder del mercado de telefonía móvil mundial y que había comenzado a tener un ligero ascenso con sus nuevos modelos Lumia.
El propio consejero delegado de Nokia, Stephen Elop, se perfila como posible sucesor del responsable de Microsoft, Steven A. Ballmer, que anunció que se retiraría un año después de designársele sucesor.
El propio Ballmer ha afirmado que “es un gran paso hacia el futuro, un apuesta ganadora para los empleados, los accionistas y los consumidores de ambas compañías”, para añadir que “la combinación de estos grandes equipos acelerará las acciones y los beneficios de Microsoft y fortalecerá las oportunidades globales”.
Números rojos
Los últimos tiempos no han sido nada positivos para Nokia, puesto que ha despedido a 20.000 empleados y eliminado gran número de primas que antaño eran el pan de cada día.
De hecho, en el segundo trimestre de 2013 anunció una nueva y estrepitosa caída del 27% en la venta de sus teléfonos y pérdida de 5.000 millones de euros en los últimos nueve trimestres.
Es por eso que quizás el ministro finlandés de asuntos exteriores, Alexander Stubb, ha afirmado que “para muchos de nosotros, los finlandeses, incluido yo mismo, los teléfonos Nokia son parte de lo que crecimos. Muchas primeras reacciones al acuerdo serán emotivas”.
Vía: EFE y Europapress