Todo se remonta a finales 2010, cuando el Señor Tomás E. presentó una reclamación en Consumo debido a que al pedir la portabilidad desde Movistar a Orange, ésta última se la negó en tanto en cuanto no resolviera el pago de dos líneas que ya estaban a su nombre en la operadora. El Señor Tomás por supuesto no tenía constancia de ninguna de ellas y más aún cuando tanto la dirección como la cuenta bancaria asociadas no eran suyas.
El Señor Tomás se debió preguntar en aquel momento si lo mejor hubiera sido decir «