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Si nos ponemos a pensar en la cantidad de piezas y materiales que forman nuestro móvil y de dónde y quién ha podido montarlas surgen muchas dudas. De nosotros depende preocuparnos y demandar transparencia a las empresas fabricantes.
La OCU alerta que muchos componentes de un smartphone precisan de metales de gran valor como platino o tántalo, cuya producción se concentra en zonas de conflicto como la República Democrática del Congo en las que las minas son controladas por milicias. Y eso deriva en que se producen homicidios, trabajos forzados, violaciones o empleo de niños para guerrillas. Preocupante, queridos amigos. Según la OCU, sólo Samsung, Sony-Ericsson y Nokia han desarrollado políticas formales para evitar el abastecimiento de metales extraídos ilegalmente en estos lugares.
No quiere decir que el resto de compañías lo hagan, pero sí que no tienen la transparencia necesaria para que podamos confiar en ellas. Como pasa con la ropa, las empresas no tienen fábricas propias y delegan en subcontratas de países con menos recursos económicos. De esta manera, no controlan las condiciones laborales de los trabajadores que fabrican sus productos. LA OCU indica que ni Apple, ni Blackberry o ni HTC dejaron comprobar directamente las condiciones laborales y medioambientales en sus fábricas, la mayoría de las cuales se encuentran en países con bajísimos costes laborales como China, Filipinas o La India.
Un ejemplo es Foxconn. Es una empresa china de suministros electrónicos en la que se suicidaron 17 trabajadores en apenas ocho meses. Presta servicios a Apple. Cuando un periodista preguntó sobre este suceso a Steve Jobs, Director Ejecutivo de Apple, éste lo zanjó diciendo: “Foxconn no es un lugar donde se trabaje como presidiarios. Hay restaurantes y piscinas. Para ser una fábrica es muy agradable”.
Más información: www.ocu.org
