El coste para una operadora de un SMS es idéntico al de una llamada perdida: 0,0020 euros frente a los 0,15 euros que pagas tú. Es 600 veces más rentable que una llamada. Viene a ser como la sonrisa del mandamás del restaurante de la esquina cuando eliges pedir un café. Es lo que más rentabilidad le da. El problema está en que empieza a haber café gratis enfrente y está igual o más rico.
Si a este cocktail digno de Juan Valdés le sumamos la crisis y que no existe ninguna ventaja en enviar un SMS frente a utilizar las aplicaciones de mensajería instantánea, ya sabemos qué puede acabar pasando. Y más aún cuando no es habitual que las operadoras incluyan los SMS en sus tarifas planas.
El fin de una era