Ya era hora de escuchar que la principal operadora se pone las pilas en uno de los valores básicos de toda empresa que se precie: la atención al cliente. Movistar está teniendo cifras no demasiado positivas y en parte es debido ala fama que está adquiriendo en cuanto a la mala calidad de este servicio.
La operadora ha desarrollado cambios organizativos con el objetivo de mejorar y acercarse a los clientes. Quieren mejorar en calidad y atención, aspectos en los que se habían descuidado de manera notable en los últimos meses. Bastaba con llamar a su telefóno de atención al cliente para darse cuenta de la dejadez del servicio y de cuán urgente era sacar pico y pala para picar en paredes, techos y, sobre todo, suelos.
La nueva estructura organizativa se divide en dos partes diferenciadas, una para el cliente particular y otro para la empresa. Todas las áreas creadas para poder llevar a cabo este cometido se centralizarán en la llamada Dirección de Desarrollo de Negocio, que tendrá que reportar directamente al presidente de la compañía. Ahí es nada.