Pocos se acuerdan ya, pero si echamos la vista atrás un par de meses, recordaremos que millones de españoles decidieron regalar telefonía móvil en Navidad y para muchos esto significó un cambio de operadora y tarifa. Otros simplemente sucumbieron al bombardeo publicitario televisivo que inundó hogares para acabar dándose de alta en una promoción de navidad o comprando ese terminal táctil de ultima generación a precio cero.
Algunas operadoras captan en 3 meses prácticamente lo mismo que durante el resto del año, por lo que es entendible ver como se lían la manta a la cabeza y se lanzan al mercado con agresivas campañas, donde lo que prima es sorprender primero, y en la mayoría de los casos, explicar después.
Todo esto hace que sea realmente difícil encontrar una coherente oferta que englobe buenos terminales, calidad de red, servicios avanzados, costes ajustados y nunca olvidemos, una buena atención al cliente.
Después de la resaca de enero, el frío de febrero, pasa el tiempo y llega marzo. Se acaban la promociones, se nos pasa la excitación por el nuevo terminal, y es ahora cuando empezamos a mirar con mayor detenimiento como todo esto afecta a nuestro bolsillo.
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