Fracasó estrepitósamente el intento (desesperado) de algunas operadoras grandes de colarnos a calzador su messenger, que no era cosa que el enésimo intento por obligarle a suscribir al cliente un nuevo contrato de datos, con una tarifa semicurva trampa con la que facturar más y más.
Redes sociales sí, gracias, por supuesto. Redes sociales el móvil… pues sí, pero por supuesto no a cualquier precio, señores.