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La diferencia entre un viajero y un turista es que el primero no sabe cuándo ni si volverá al punto de partida.
El ahorrador sabe que liberar el móvil antes de irse de viaje al extranjero le permitirá no tener que gastar nada en roaming. Ya no será necesario que las llamadas, los mensajes o la navegación por Internet se reduzcan a instantes de extrema necesidad, pues se podrá elegir cualquier operador para adaptar las necesidades al momento.
Atrás queda el verse obligado a pagar tarifas desproporcionadas por una simple consulta al correo electrónico o una llamada para decir «mamá, he llegado».
La liberación del móvil permite escoger la tarifa que más nos convenga, sea para lo que sea. Ya no tendremos que esperar a llegar al hotel para conectarnos al WiFi de la habitación para poder contestar al mensaje del jefe donde nos dice que nos merecemos un aumento, pero que le contestemos en treinta minutos.
Así es, evitar sobrecostes de roaming es una de las múltiples ventajas de liberar el móvil. Súmale que se mantiene la garantía del teléfono, que no hay que estar enviándolo a ninguna parte, que se tardan minutos y que cualquiera puede hacerlo… métele hielo y bébete el cocktail más caro de la carta con lo que te ahorras.
La diferencia entre un ahorrador y alguien que no lo es se basa en que el primero conoce qué cosas puede evitar para que su bolsillo no se quiera morir cada vez que llama por teléfono. Esté donde esté. En Mogadiscio, Bangkok o San Diego.
Más información: Liberar el móvil
